Cómo entender las emociones negativas

Las emociones (y también las emociones negativas) son la vida misma. Forman el tejido de nuestra vida cotidiana, dando textura y coherencia a nuestros mejores momentos y a nuestras dificultades y obstáculos más dolorosos. Nuestras emociones nos mueven día tras día, y muchas veces no es fácil saber cómo lidiar con ellas o qué posición tomar frente a ellas. Para ello, es práctico comprender la naturaleza y las características de las emociones. Las emociones “son a la vez un estado del cuerpo y una variante del cuerpo” (Spinoza). Son cómo interactuamos con el mundo y “tienden a moverse en cierta dirección” (Vygotsky).

Las emociones negativas en nuestra percepción y creatividad

Las emociones son esencialmente la forma en que damos sentido a la realidad y tienen un valor adaptativo y creativo. Por un lado, nos permiten adaptarnos a nuevas situaciones que nos desafían y nos obligan a ajustar la forma en que percibimos la realidad, pero, por otro lado, también nos permiten crear nuevas formas de actuar y pensar sobre las circunstancias de la vida y situaciones generales. Nos prepara para la acción, pero también nos anima a pensar y crear. Sin emociones, no seríamos capaces de entender lo que está pasando en el mundo, no seríamos capaces de crear alternativas a los problemas y dificultades que se nos presentan en la vida, y no seríamos capaces de cambiar los valores de nuestra realidad y significados en la creación de cosas nuevas.

Explorando las emociones negativas

Hay dos tipos básicos de emociones, las emociones positivas y las emociones negativas. Las principales emociones positivas son la alegría, la gratitud, el amor, la admiración, la satisfacción y la bondad, mientras que las emociones negativas, aunque inevitables, incluyen la tristeza, el miedo, la culpa, la ira, el estrés y el dolor. En términos generales, las emociones positivas son aquellas que aumentan nuestra capacidad de actuar y pensar y nuestra capacidad de ser, mientras que las emociones negativas son aquellas que disminuyen nuestra capacidad de actuar y pensar y nuestra capacidad de existir. Esto no significa que solo debamos tener sentimientos positivos y rechazar emociones negativas.

Ambas emociones son necesarias e importantes. Sin duda, las emociones negativas deben verse como un trampolín que nos lleva a las emociones positivas. En este sentido, las emociones pueden verse como símbolos o indicadores, como lo que necesitamos saber sobre algún aspecto de nuestra vida o para mejorar alguna perspectiva sobre nuestra situación.

El equilibrio entre las emociones

Las emociones negativas no son malas en sí mismas, pero siempre y cuando no tiendan a dominar o ser tiránicas, por así decirlo, e impedir la transición a las emociones positivas. No es que las emociones negativas sean malas: malas, si podemos decirlo así, tiene que ver con alguna forma inapropiada de experimentar emociones negativas. Este patrón prioriza las emociones negativas sobre las positivas, o experimenta las emociones de una manera que no te permite deshacerte de ellas. Reaccionar con enojo ante una persona que nos ha hecho daño, o incluso cambiar los términos de la relación también es indicativo de un manejo adecuado de las emociones, pero quedarse en el resentimiento y no darle crédito al esfuerzo de la otra persona por reparar la herida puede mantenerte en un círculo vicioso de ira, bloqueando así las relaciones sanas con los demás.

Abrazando las emociones negativas

Estas formas negativas de lidiar con la tristeza no son útiles porque nos llevan a un estilo de vida que nos roba nuestras fuerzas y nos frena. Un estilo de vida que prioriza las emociones negativas explica la cultura del duelo, donde las emociones negativas son consideradas una condición de la felicidad humana.

Las emociones negativas son una oportunidad para participar, escuchar y comprender los problemas no resueltos en nuestras vidas que no van bien. Las emociones negativas no son un obstáculo en el camino de la vida, son parte del camino.

Si usted presenta alguno de los siguientes signos o síntomas de comportamiento, es posible que se encuentre en una situación de mal manejo emocional.

  • Evitar familiares o amigos.
  • Creer que la vida no te preparará las cosas en el futuro.
  • Consumo excesivo de alcohol o drogas.
  • Pensar constantemente en eventos dolorosos.
  • Problemas mentales como ansiedad, depresión y otras condiciones.
  • No poder disfrutar el ahora.
  • Planear vengarse de alguien.
  • Tener arrebatos de ira.

Vivir en Armonía con su Poder

No se trata de controlar tus emociones, se trata de vivir en armonía con ellas. Así como los marineros usan el viento para gobernar un barco, podemos aprender a controlar nuestras emociones y aprovechar su poder sin controlarlas ni calmarlas.

Las emociones son esencialmente una forma de informarnos de la realidad y, por lo tanto, tienen un valor adaptativo y creativo. Por un lado, nos permiten adaptarnos a nuevas situaciones que nos desafían y nos obligan a adaptar la forma en que percibimos la realidad, pero por otro lado, también nos permiten crear nuevas formas de actuar y pensar en relación a la vida en general.

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